Diluirse sobre el papel en blanco.

sábado, 15 de agosto de 2009

Santiago de Chile en los 60´s

Guitarras trabajadoras desde el comienzo, desde las primeras especulaciones de ciudad que termino por encajar y anclarnos a su eterna concentración de azufre y brutal centralización, tal monstruo que Ciudad se apoda, y que respira personas en esta eterna reciprocidad que vivimos, no hay Ciudad sin nosotros, ni un nosotros sin Ciudad.

Parece que la palabra progresión Santiago la conoció a perfección, pero también así el fraude, el estancamiento, y las reiteradas, regresiones, repetidas que parecieron.
Somos y fuimos la casualidad no preparada, que nos espera como destino, es lo absurdo que es la vida, es lo absurdo que es Santiago y sus retoque.

Partimos como Ciudad, al igual que un niño, curiosos, imitando el paso de nuestro mayores , siempre aspirando a ser como ellos, nuestros Sensei, seguimos un tanto ingenuos y siempre fáciles de manipular, pero por sobre todo puros de corazón y alma, hasta que el pecado toca nuestra puerta y entra par quedarse, luego vienen las caídas, las mas fuerte que fue la dictadura, que fue como un golpe el en la rodilla que se curo con el frió, una secuela que nos sigue con la guadaña, nos sigue limitando y peor aún dividiéndonos dentro de un mismo espacio.

Tenemos que agradeser que somos un País joven, no caigamos en los mismo errores que caen los demás, diferenciemonos, pero no por estupideces si no por gente pensante, que aspira a dejar esto mejor a como lo encontramos, ya que seria una aberración destruir lo que no es nuestro.

"Si los busos nadaran pendiente de los tiburones, no lograrían arrebatarles al mar sus hermosas perlas que nos oculta"

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