Diluirse sobre el papel en blanco.

miércoles, 3 de junio de 2009

Una belleza verdaderamente honesta

La verdad que lo ocurrido el lunes primero de junio no tiene palabras, porque quedan cortas frente al despertar de aquellos sentimientos que terminaron consumiendome por dentro.

Todo los días nos damos cuenta de verdades distintas que se sobreponen unas a a las otras, pero nunca nos damos el tiempo de conectarnos con nuestros sentimientos. Es por eso que la sociedad actual le teme a la alegría, teme ser feliz,la rutina monótona de nuestras vidas ha desechado los sentimientos y el amor de uno por los otros, el individualismo y la falta de comprensión frente al prójimo nos hacen intolerantes y seres fríos que se refugian en armaduras oxidadas que cumplen la misma función que un disfraz, una careta una simple imagen que especula los indicios de un cuerpo carnal que en algún momento armónico fue prospero pero hoy en día teme a exponer su verdadero interior, cálido como un sol en primavera y amable como una sopa en invierno.
Si relacionamos la actual sociedad totalmente estresada, con el verdadero núcleo de este decrecimiento cultural, se sustenta en una falta inminente y constante de originalidad, al parecer nos encontramos inmóviles, estáticos y la progresión es un tema de antaño.
El gran antagonista de la historia es la poderoso maquina con tuercas de individualismo y circuitos de competencia que buscan solamente la practica de un pensamiento homogéneo, parejo que todos piensen de igual forma cosa que sera imposible.

La careta del pueblo Chilensis

La creación de fachadas totalmente blasfemas, construyendo edificios gigantes, construcciones monumentales, centros comerciales envidiables que dan alusión de un pueblo totalmente sofisticado; pero no se dan cuenta que marginan al verdadero pueblo Chileno, la verdadera cultura que yace en la periferia de este sistema que se basa en la competencia.
El potencial que tenemos como País es inmenso pero falta un largo camino para lograr comprender que no nos sirven de nada estructuras monumentales si no que buscamos un cambio radical en nuestros pensamientos y una unificación como ciudadanía mientras siga esta idiosincrasia floreciendo se seguirá anulando una cultura emblemática que se encuentra practica mente perdida en estos tiempos pero nunca dejara de existir ya que todos tenemos plasmado en nuestra conciencia una búsqueda incesante del amor, y donde haya amor habrá esperanza.

El trasfondo de esta historia

Esta reflexión la tuve luego de observar una realidad totalmente alarmante, al visitar un hogar de ancianos en la quinta normal .

Al llegar vomitaba constantemente carcajadas de nerviosismo producto de el impacto emocional que me provoca el hogar, instantáneamente todas mis especulaciones y ansias de poder conversar con un abuelo fueron reducidas a cenizas mi mente se bloqueo como síntoma de una realidad adversa que mi cuerpo no quería ver, la búsqueda de un tranquilizante interno en mi cuerpo que pudiera negar esta realidad me llevo varias veces a cerrar los ojos, pelliscarme para saber si era un sueño.

Es verdad si alguien nos hubiera estado observando, de igual manera que un narrador omnisciente dentro de un cuento, nos hubiera descrito como una masa de gente que venia a investigarlos, pero con la capacidad de habla totalmente silenciada. Al parecer los papeles se habían invertido, no eramos nosotros los que íbamos a verlos si no ellos que venían a vernos, por el simple echo de que por su gracia logramos entablar un dialogo improvisado que guiado de nerviosismo nos condujo a una conversación totalmente irracional llena de preguntas absurdas como ¿cuantos dedos tienes?, ¿tienes frió?,¿te gusta la comida? que sus respuesta con un tonos y gestos propios de una persona que solo buscaba indicios de amor, desvanecido por el pasar de los años, tal como una planta que necesita agua para crecer estos abuelos solo necesitaban alguien que les diera un poco de amor, no se que circunstancias les toco vivir, se que no fueron muy positivas pero ahí algo en lo que convergemos todos, sin importar a que religión pertenezcas ni en que zona o País te encuentres todos necesitamos de una caricia, de un te quiero o de un gesto que tenga sabor a amor un simple abrazo o un solemne beso de despedida es por eso que dentro de mi cuerpo la experiencia llego para quedarse y siempre tendré dentro de mis recuerdos lo sincero y transparente que era el corazón de estas personas.

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